Todo hombre es culpable de todo el bien que no hizo.
Joy ha estado en Francia más de un puñado de veces. Su primera visita fue a Poitiers para visitar a Érica, una amiga cercana de la secundaria, que estaba estudiando allí, mientras que Joy estaba en Alemania. A diferencia de Joy, Érica vivía con una familia anfitriona, y las dos disfrutaban intercambiando historias acerca de sus diferentes experiencias. Érica presentó a Joy a muchos de sus nuevos amigos, y a Joy le encantó el hecho de que llegó a besar las mejillas de todos los que conoció, no una, ni dos, sino tres veces.
Las próxima visitas de Joy a Francia serían durante su primer año en la universidad con el programa IES de la UE. Hizo dos viajes a Estrasburgo, uno en una excursión al Parlamento Europeo y otro más placentero con sus compañeras de dormitorio, Kate y Danny.
Empero, para Joy ninguna ciudad en Francia se puede imponer ante la bulliciosa capital de París. Es su ciudad favorita para estar en la noche. La forma en que la ciudad se ilumina es poco menos que mágica. La primera visita de Joy a París fue con el Programa IES de la UE al Banco Mundial y a las oficinas de la OCDE. Por fortuna, el grupo consiguió un fin de semana largo en París y Joy eligió pasarlo visitando el Museo de Louvre y la Torre Eiffel, y curioseando en las vitrinas de Printemps. Joy regresaría a París para visitar a la hermana de Lidia y su familia, y disfrutó el sabor más local de ese viaje. Joy recuerda haber estado muy contenta de unirse a Celeste para ir a comprar verduras frescas para la cena en la feria local y charlar mientras ella planchaba sábanas de vuelta en casa. Joy encontró belleza por doquier en París.
Después de la universidad, Joy volvería a París para celebrar el día de Acción de Gracias de 2002. ¡Qué ocasión más apropiada que Acción de Gracias para viajar y estar agradecida por hacerlo! En este viaje, una cena increíble en el Buddha Bar se destacó, al igual que las visitas a Notre Dame y al Palacio de Versalles.