Joy hizo un viaje de dos semanas a Tierra Santa para visitar la ciudad natal de Roee, de su familia y amigos en 2008. Al aterrizar en Tel Aviv, Joy, Roee y su familia se dirigieron a un parque para ver la puesta del Sol. Mientras Joy paseaba, disfrutando de la vista, vio de reojo a un gato callejero en los arbustos. Unos segundos más tarde vio a otro gato, y luego a otro más. Joy se quedó perpleja al notar que nadie más parecía darse cuenta. Roee le explicó que los gatos habían sido llevados hace décadas para controlar el problema de los roedores y que la población había crecido fuera de control. Joy la pasó muy bien en Israel, a pesar de no poder acostumbrarse a la cantidad de gatos caminando como ardillas.
Joy tiene muchos recuerdos felices del tiempo que pasó con Roee y su familia. Comió su primer kohlrabi en la casa de los padres de Roee en Haifa y le fascinó. Su zona favorita de Israel fue por el lago Kinneret, el bíblico Mar de Galilea. Allá, en un pequeño puesto en un centro comercial, tomó el mejor helado que haya probado en su vida. Pero ésa no es la única razón por la cual esa área es su favorita. Ella percibió un ritmo más relajado en esa zona del país.
Joy encontró que Tel Aviv es emocionante y chic. Le encantó ir de compras con Michal y caminar por las tiendas de moda por la noche. También disfrutó el ambiente y la comida en el restaurante georgiano y pub, Nanuchka.
Joy también visitó Cesarea, el Muro de los Lamentos en Jerusalén, Masada, el Mar Muerto e incluso se las arregló para hacer una excursión especial a Intel en Kiryat Gat.
¡Pocos viajes han sido tan bien equilibrados y agradable como éste!